Una Arquitectura Sustentable y Resiliente
Ubicado en la inmensidad de la selva misionera en Argentina, este edificio de viviendas redefine el concepto de habitabilidad sostenible en contextos naturales remotos. El proyecto, diseñado con una profunda consideración por su entorno y una clara visión hacia la autosuficiencia, busca fusionar la arquitectura contemporánea con la preservación del paisaje, generando un impacto mínimo sobre el terreno y maximizando la integración con el ecosistema circundante.
Morfología e Innovación Estructural
Con una planta cuadrada y una pirámide invertida como forma predominante, el edificio plantea un concepto revolucionario: la expansión hacia arriba. Esta disposición crea un claustro aterrazado en su interior, donde la naturaleza invade los espacios comunes, mientras que las unidades superiores ganan en amplitud y vistas panorámicas. Este enfoque no solo permite mayor densidad habitable en pisos superiores, sino que también preserva la menor huella posible en el terreno, permitiendo que el paisaje bajo sus cimientos se mantenga prácticamente intacto.
Sustentabilidad como Eje Central
El agua, recurso esencial, es cuidadosamente gestionada a través de un sistema de recolección de aguas pluviales, almacenadas en una cisterna gigantesca que posteriormente se trata para el consumo humano y el riego de cultivos que abastecen al edificio. La estructura se asienta sobre una pileta de agua de lluvia, la cual funciona como una barrera natural que separa al edificio de la fauna local y potenciales riesgos externos. La energía que alimenta este complejo proviene de una combinación de paneles solares y turbinas eólicas, instalados estratégicamente en la cubierta superior, garantizando una operación autosuficiente y amigable con el ambiente.
Un Refugio Bajo Tierra
Tres niveles de subsuelo albergan las funciones más vitales para la autarquía del conjunto. En estos espacios se encuentran una despensa general, un frigorífico y una cocina para el abastecimiento de los residentes, así como áreas para cultivo indoor que funcionan con energía solar durante el día. En el último nivel, un búnker de concreto con paredes de 50 cm de espesor ofrece refugio para hasta 40 personas, asegurando un resguardo ante cualquier contingencia.
Distribución y Conectividad
Sobre el basamento se despliega una planta de acceso abierta y ventilada, que actúa como umbral entre el exterior y las unidades habitacionales. Dos núcleos verticales distribuyen entre dos y cuatro unidades por piso, garantizando privacidad y fluidez en la circulación interna. En cada esquina, grandes balcones actúan como expansiones exteriores para las viviendas, mientras que los jardines verdes del claustro interior añaden una atmósfera de serenidad.
Vivienda y Naturaleza en Equilibrio
Todas las unidades gozan de vistas excepcionales, tanto hacia el entorno natural circundante como hacia el jardín interior, en un equilibrio visual y sensorial que promueve el bienestar y la conexión con el entorno. Este edificio, un refugio moderno en medio de la naturaleza, redefine la forma en que habitamos espacios remotos, combinando lujo, seguridad y autosuficiencia en un contexto de absoluto respeto por la tierra.